jueves, junio 28, 2007

Mi primera comunión.

Me voy a confesar ante todos, seré sincero: el día de mi primera comunión fui feliz y me lo pasé en grande.

Algunos de los que leéis esto quizá me conozcáis, pero seguro que la inmensa mayoría no sabe que hice la comunión y pensáis que oculto este dato por mi aversión al mundo eclesial. Sí, yo siempre he dicho que estoy bautizado pero que no pude elegir (difícilmente, si no podía hablar); a partir de aquí es posible que alguien me acuse de que para la comunión se tiene más capacidad de decidir y por ello oculto este hecho de mi pasado. No es exactamente así, veréis por qué.

Los días previos al gran evento no era del todo consciente del cambio que se avecinaba en mi espiritualidad. De hecho, no era nada consciente.
Supongo que, como yo, todos los que hayáis pasado por ese trance y tengáis cierta edad, estéis obligados a realizar un pequeño esfuerzo para recordar cada detalle de ese momento. Yo, por ejemplo, recuerdo con relativa nitidez lo que desayuné antes de ir a la iglesia; la risa nerviosa que me entró al caminar por ese sendero flanqueado por bancos llenos de gente que hacían que mi “compañero de comunión” y yo fuésemos el eje sobre el cual gira el universo en ese instante; los momentos de duda sobré qué responderle al cura cuando nos entregara “el cuerpo de Cristo”; mis disquisiciones sobre si me darían vino o no…

Son muchos los recuerdos, pero no todos están tan claros. Especialmente los de la noche previa, en la que no pude dormir absolutamente nada. La verdad es que si la misa se celebró un domingo, yo sentía algo desde el jueves por la noche, dormí poquísimo. Algo iba a cambiar. El viernes casi me la pasé en vela y estaba tan agotado que creí que la víspera descansaría irremediablemente. Pero no, la sangre de Cristo ya corría por mis venas y me dotaba de un aguante sobrehumano, casi místico.

Ese día hacía mucho calor, recuerdo pensar (en contra de mis principios, porque entonces eran exactamente iguales a los de ahora) cómo iba a ser malo ir a la iglesia con el agradable fresco que hacía. Así que ahí estaba yo, caminando junto al compañero por el pasillo central del templo; él iba con muletas, con lo cual la lentitud del paso hacía más memorable y épica la aproximación. En esos momentos miraba orgulloso a los lados, no me importaba tener la extraña sensación de no conocer a nadie de los que allí se congregaban, yo les ofrecía la mejor de mis sonrisas. Y el momento final. Algunos juntaban las manos, como implorando al cura la hostia que les iban a dar de todas formas; yo decidí abrir la boca y así no contaminar con mis sucias manos pecaminosas el cuerpo de Cristo, así, sin intermediarios, de dios a mí.

Y poco más se puede contar. No hubo grandes celebraciones, ni grandes banquetes, y para ser fiel a la verdad, no recibí ni un solo regalo, lo cual no me hizo menos feliz.

Un rato después de la ceremonia llegué a casa. Era la hora de comer, y mis padres, además de decirme que vaya horas de llegar, casi no se creen esta historia que sucedió exactamente como os la he contado.

Un consejo: váyanse a casa antes de que sea demasiado tarde; pero si el sol les sorprende a traición, una iglesia es un buen sitio para estar al fresco.
O, como dijo Barricada, “…y un buen rato después, saber llegar a casa antes de que el sol me diga que es de día”.

SALUD

lunes, junio 25, 2007

Una curiosidad

Muestro hoy un enlace sobre el RÍO CARRIÓN. Es una foto de río al paso por Puentecillas, pero lo interesante son los versos que aparecen al situar el ratón sobre la foto.
No digo más.
SALUD

martes, junio 19, 2007

¿Para qué sirve un guionista?

Si es malo, para nada.

Pero a poco que uno se tome en serio el asunto de escribir, se documenta mínimamente, eso lo sabe el más tonto.

Sobre este asunto tengo dos opciones: soltar una chapa de las razones por las que creo que la existencia de un buen guionista es fundamental para cualquier producción (audiovisual o del tipo que sea); la otra opción es la más gráfica, la que muestra a través del ejemplo a lo que me estoy refiriendo. Y optaré por ésta.

El primer documento yo creo que ya lo ha visto todo el mundo, pero por si acaso. El mítico Mac(garrán)Gyver se enfrenta a los Eusko-txikanos.




El segundo vídeo es de la película “El desfiladero de la muerte”. Aquí funden dos grandes tradiciones: el levantamiento de piedras (lanzamiento, en este caso) con la cesta punta; luego se nos muestra una tremenda lucha entre indios y pelotaris voladores (que con la altura que alcanzan, sólo pueden ser del mismo centro de Bilbao). Como no, también aparecen los irrintzis (los gritos), a los que asignan cualidades casi mágicas con el nivel de concreción que les atribuyen. Y para quien no conozca Euskal Herria, decirle que sí, que el flamenco tiene una implantación absolutamente generalizada.



Y, como rectificar es de sabios, tras estos vídeos, quizá haga una corrección en referencia a la primera frase de este texto: un guionista malo sirve para que nos descojonemos de él. Así que intentaré poco a poco ampliar esta sección, señalar acusadoramente a los que fallan metiendo siempre el dedo en el ojo. No me miren así, son ustedes los que se ríen, ¡los que siempre van a hacer todo el daño posible!

¡SALUD!

lunes, junio 11, 2007

Recordando el futuro

Para entender el presente siempre hay que conocer el pasado.

Lo primero de todo, destacar un saludo al Kamarada Danielakis, en parte responsable de esta página, y desearte suerte a ti también con tu criatura virtual (que se podría considerar el hermano mayor de este blog). La verdad es que la última entrada del blog del Kamarada me ha vuelto a recordar los viejos tiempos y he pensado ofreceros un regalo.

Es el dibujo que figura en la camiseta de fin de carrera (yo diría que el más currado de todas las típicas camisetas de fin de estudios que he visto, pero qué voy a decir yo…). Es la representación gráfica de nuestro ánimo por aquellos lejanos tiempos guerreros, cuando nos íbamos a comer el mundo. Y ahora, tras las hostias recibidas, algunos no hemos perdido todavía la esperanza. En el fondo sabíamos lo que nos esperaba, aunque a veces desanima un poco el hecho de no haberse equivocado en las predicciones. Hay que seguir en la brecha hasta conseguirlo, como dicen por aquí, jo ta ke, irabazi arte!

Lo triste es que nuestro caso de excepcional no tiene nada; además de los Guionistas Pizzeros, están los Economistas del INEM, los Licenciados en Derecho Gasolinero, las Químicas Teleoperadoras… ¡¿Quién dijo que estudiar era cosa del pasado?! ¡Un nuevo abanico de especialidades universitarias se abre ante sus ojos gracias a la educación del siglo XXI y a las políticas laborales! ¡¡Señora, no se quede mirando y apunte ya a su hijo en Magisterio de Cajero del Eroski, que lo estamos regalando!! ¡Y a los primeros les obsequiamos con el primer cartón para la chabola!

En fin… Y nos lo tragamos todo como si fuera normal.

¡SALUD!

jueves, junio 07, 2007

Lucha Necia

Vamos a ser prácticos y medir la utilidad de este blog (no hace falta que diga que creo que ninguna, ni este ni ninguno). Ya sabemos que esto no lo va a leer casi nadie, pero por si acaso.

Imagínate que estás viendo esto y eres una de esas personas altruistas a la que le gusta el cine. O a lo mejor no te gusta el cine pero buscas el salto a la fama. O quizá tienes dinero y te gusta invertir en valores seguros que den rendimientos a corto / medio plazo. También me vale si te aburres. Sea como sea, seas como seas, el corto que más promete de los últimos tiempos está abierto a tu colaboración. Y recuerda que no importa que no sepas hacer nada, nos vale tu dinero. Para los más desconfiados: el guión puede que en breve lo coloque por aquí para que le echéis un vistazo.

Claro… Pero sigues pensando que esto será un timo más. Pero no. La cosa va en serio. Como demostración de que no estás hablando con cualquiera que no tiene ni idea, dejo aquí un corto para que le eches un vistazo.

¿No te ha gustado? No importa porque no se te está pidiendo confianza. Es más parecido a lo que se hace en la iglesia. Es FE. Y aquí, para mal o para bien, por lo menos sabes que existo, o sea, que en ese sentido, podría considerarme muy superior a Dios.

En cualquier caso éste es el corto de fin de carrera. Párate un momento e imagina lo que desde entonces hemos aprendido por el camino… (Piénsalo, en serio.)
Efectivamente. Se aprenden muchas cosas en miles de oficios ya que en este se adelgaza a una velocidad vertiginosa. Pero aunque más sabios cada día, seguimos igual de pobres.

Por todo esto necesitamos tu colaboración. No nos hagas ir a buscarte ni se te ocurra llamarlo Impuesto Revolucionario. Es una oferta que no se puede rechazar…

¡SALUD!

¿Qué te ha parecido el corto?












Da asco
Malo, pero los he visto peores
Por lo menos entretiene
Bastante decente
Con fundamento, bueno bueno





Ver resultados

Ver comentarios

Encuestas ??.com

MALA LECHE

Lo primero, un saludo.

Lo segundo sería definir de qué va este blog. Pero no lo sé.

Tercero: habría que responder al por qué de su existencia. No es que haya sido una criatura no deseada, pero hay que reconocer que es pronto para saber si morirá en la incubadora (como otras tantas miles de ideas que nacen de la cabeza antes de tiempo y mueren en las manos del médico que las azota) o lo hará unos pocos días más tarde; soy pesimista, reconózcolo.
Pero, amigos en contra del aborto, que venga yo a incrementar el nivel de biomasa de internet es lo que os merecéis por dar oportunidades de expresión (y nacimiento) en un mundo ya superpoblado por pijos alternativos de dudosas inquietudes culturales, gafapastas “subversivos” y demás habitantes del Reino del Vertedero Mental que llenan hasta el infinito blogs, “spaces”, etc. Yo, uno más.

Cuarto punto. Como marco, he querido hacer un homenaje a lo que ya es un mito: el “Mala Leche”. Histórico bar, fugaz en su existencia, pero que nos dejó huella por habernos acogido durante tantas noches. Allí nos conocimos más bajo una foto de El Che, perseguimos ideas con el kalimotxo como combustible, soñamos con un futuro que se nos sigue resistiendo y casi casi arreglamos el mundo.

Para acabar, puntualizo: no hay promesas; no hay pretensiones; no hay objetivos; NO HAY FUTURO.
Pero seguro que tampoco esperáis mucho.

¡SALUD!