Estos días he estado pensando y he decidido que me quiero ir de vacaciones (a costa del Estado, por supuesto). Hay muchos destinos que me atraen, pero ya que La Caixa me patrocina un buen barco (mejor para el bolsillo de los contribuyentes, peor para los de dicha entidad), pues quizá busque un lugar costero mientras terminan las obras para que el río Carrión sea navegable.
Lo malo es que el dinero con el que cuento no es ilimitado. Me han informado de que no voy a recibir paga extra de vacaciones, que tendré que tirar con los 8,28 millones de € que estaban previstos en los presupuestos de 2007 para los de mi sector; y me lo dicen ahora… Por suerte he descubierto que existen también a mi disposición 5,82 millones en concepto de "apoyo a la gestión administrativa de la jefatura del estado”, que no sé a qué viene pero para cubrir algún caprichito, me va a venir perfecto. Ya me veía yo bebiendo kalimotxo guarro en vez de Don Perignon.
A pesar de todo, presagiaba que me iba a tener que apretar el cinturón un poco. Muchas vueltas he tenido que dar y muchas son las puertas frente a las cuales he mendigado, pero aunque os parezca increíble, finalmente he conseguido alguna subvención más. Dinero básicamente para cubrir los gastos cotidianos (luz y agua de mis palacios, gasolina para mis 60 vehículos, gastos de desplazamiento al extranjero por trabajo, mis 130 empleados…). Calculo que con estas prestaciones, este año me ahorro unos 11 millones de eurakos. Y todo esto sin contar los 2500 que el Estado dará por cada nacimiento (en mi familia es una medida muy aplaudida, sobre todo por mi hijo, que ya está pensando en descartar ganar dinero por cualquier otro medio).
Dicho esto me despido deseándoos felices vacaciones. Un agradecido saludo a todos (que os daré personalmente el 24 de diciembre) por llevarme vuestro dinero muerto, y a mi tío Paco (allá donde esté) por dejarlo “todo atado y bien atado” para que nunca me falte de nada.